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Oct 06

Alergia, sensibilidad e intolerancia alimentaria. La alergia, sensibilidad e intolerancia alimentaria se encuadran dentro de las Reacciones Adversas a Alimentos (AFRs).

-Alergia alimentaria.

El concepto de alergia debe interpretarse en el sentido de la alergia clásica, es decir la alergia típica que puede desencadenar por ejemplo el polen de las gramíneas.

Las alergias alimentarias son reacciones de naturaleza inmunológica (sistema de defensa frente a virus, bacterias, hongos, levaduras y parásitos), que se caracterizan por una respuesta inmediata del organismo en presencia del agente alérgico y cuyos síntomas más habituales son diarreas, urticarias, hinchazón, asma, irritación ocular con lagrimeo, etc.

Los alimentos contienen proteínas (secuencias de aminoácidos) y algunas de estas proteínas alimentarias en ciertos individuos, bajo ciertas exposiciones presentes o pasadas (tipo de alimentación materna, lactancia artificial, momento de incorporación de los alimentos sólidos… ) pueden desencadenar una reacción alérgica (antígeno-anticuerpo). El organismo reconoce la proteína de los alimentos como una sustancia extraña (antígeno) y produce una serie de compuestos destinados a reconocer a dicha partícula (anticuerpos) y a eliminarla que están implicados en la respuesta inflamatoria y otros signos y síntomas asociados a la alergia alimentaria.

Normalmente en las alergias alimentarias está implicada unanticuerpo denominado  inmunoglobulina E (IgE).

La prevalencia real de la alergia alimentaria es de un 2-5%

-Sensibilidad alimentaria.

A diferencia de la alergia alimentaria, la sensibilidad alimentaria se caracteriza porque los síntomas vinculados a la ingesta del alimento tardan más en manifestarse (días o semanas), tienen menor intensidad y son más leves. Los síntomas más habituales son: dolor de cabeza, sensación de hinchazón, rinitis, sensación de mareo…

En este tipo de procesos no interviene la inmunoglobulina E (IgE), como en el caso de las alergias, sino la inmunoglubulina G (IgG).

-Test de sensibilidad/intolerancia con validez científica.

Cabe señalar que en las últimas décadas han proliferado los test de sensibilidad/intolerancia alimentaria.

Su éxito se debe probablemente a dos razones. Por un lado las personas intuitivamente tienden a atribuir ciertas enfermedades o síntomas a los alimentos y piensan que su exclusión puede aliviar las mismas (esto sólo ocurre en las alergias alimentarias cuyo método diagnóstico de referencia es el prick test -test, en el que se inocula en la piel una pequeña cantidad del alimento mediante un pinchazo y se observa si aparece algún eritema o pápula y en el caso de la intolerancia al gluten en personas diagnosticadas de enfermedad celiaca cuyo método de referencia se basa en un algoritmo que incluye ciertas enzimas en sangre/test genéticos y en caso extremo la biopsia intestinal) . Por otro lado el test tiene un carácter muy práctico, pues se ofrece un listado con los alimentos clasificados en columnas o por colores y su consumo recomendado (e.g. evitar completamente de la dieta, ingerir de forma moderada, comer libremente), que resulta muy fácil de articular.

Los tipos de test son muy variopintos. Algunos resultan inverosímiles como los utilizados en kinesiología en los que se ofrece al paciente un alimento  ceontenido dentro de un recipiente cerrado herméticamente en una mano y se mide la fuerza que ejerce con la otra. Si la fuerza es pequeña se le etiqueta como intolerante a dicho alimento. Otros se basan  iridología, análisis de cabello, test electrodérmico, ensayos citotóxicos. El test más sofisticado, o que aparentemente parece más serio, consiste en la extracción de sangre y se basa en la medición de los niveles plasmáticos de IgG, frente a determinados alimentos (generalmente 90 ó 100 con un único panel de alimentos) o componentes de alimentos. Sin embargo los niveles de IgG son un marcador de exposición a un alimento y parecen estar involucrados en el desarrollo de la tolerancia inmunológica, es decir la capacidad del organismo para discriminar lo propio de lo ajeno (mecanismo que se vuelve disfuncional en las enfermedades autoinmunes.

El nivel de fraude y picaresca es tal que existen anuncios que publicitan test genéticos-nutrigenético para conocer las intolerancias alimentarias. La nutrigenómica y nutrigenética son ciencias con alrededor de 16 años de trayectoria. La primera estudia  el efecto de los nutrientes y compuestos bioactivos en la regulación de la expresión génica mientras que la segunda estudia el impacto de ciertas variantes genéticas determinan la respuesta a la dieta (absorción, oxidación  de grasa, respuesta emocional a la ingesta…). A pesar de que existen muchos estudios al respecto, ninguno ha establecido ninguna relación entre la genética y la sensibilidad/alimentaria hasta ahora con la salvedad de la intolerancia a la lactosa, gluten y ciertos errores innatos del metabolismo (e.g. Fructosemia o intolerancia hereditaria a la fructosa).

Algunas personas sin escrúpulos, no sólo del ámbito de las medicinas alternativas y complementarias sino también de la biomedicina los comercializan de forma “fraudulenta” asegurando que  permiten conocer qué alimentos contribuyen al sobrepeso/obesidad, migrañas, Síndrome de Colon Irritable, miedo, ansiedad, estrés…

Resulta paradójico que hayan y sigan gozado de mucho éxito entre la población, a pesar de su precio desorbitado, estar desprovistos de evidencia científica y haber sido denunciados de forma sistemática por las principales sociedades y organismos científicos del ámbito de la alergologia, inmunología clínica y la alimentación, nutrición como The European Academy of Allergy and Clinical Immunology (EAACI), The American Academy of Allergy, Asthma & Immunology (AAAAI), The Canadian Society of Allergy and Clinical Immunology (CSACI), British Dietetic Association (BDA), Allergy Society of South Africa (ALLSA) y en nuestro país la Sociedad Catalana de Alergia e Inmunología Clínica (SCAIC) y el extinto Grupo de Revisión y Posicionamiento Científico de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN), que cristalizó en la actual Red NuBE- Red de Nutrición Basada en la Evidencia-), quienes han desaconsejado encarecidamente en documentos de posicionamiento su uso.

-Intolerancia alimentaria.

La intolerancia alimentaria, a diferencia de la sensibilidad y alergia alimentaria no tiene una base inmunológica.

La creencia popular ampliamente extendida que sostiene que existen múltiples intolerancias a alimentos, tantas como alimentos existen, es uno más de los mitos que permanecen enraizados en la sociedad. Realmente en la literatura se han descrito de forma robusta pocas intolerancias alimentarias. Las más habituales son la intolerancia a la lactosa y la intolerancia al gluten . Existen otras intolerancias como la intolerancia a la fructosa y otras que son objeto de controversia dentro de la comunidad científica como la intolerancia a la histamina también Ivermectina denominada histaminosis , cuya existencia ha sido cuestionada por algunos investigadores y la intolerancia al níquel .

La base molecular que explica estas intolerancias es variable y comprende   alteraciones a nivel enzimático (e.g. Intolerancia a la lactosa y fructosa), una intolerancia a una fracción protéica de los cereales (e.g. Intolerancia al gluten), una amina (e.g. intolerancia a la histamina) o un metal (intolerancia al niquel).

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