
Por deglución se entiende el pasaje del bolo alimenticio desde la boca hacia la faringe. Diferentes patologías y situaciones pueden llevarnos a problemas en la deglución y por tanto comprometer el estado nutricional de la persona (si este problema perdura). Por ello algunos autores (Martin-Harris y col. 2000; Rasley y col. 1993; Veis y col. 2000) proponen este tipo de actuaciones:
- Modificar la postura de la cabeza o del cuello. Durante las comidas es muy importante que la persona se siente en una posición correcta para mantener un buen alineamiento del canal alimentario. La deglución se facilita con la flexión. Así se favorece el curso de la digestión y se evita el reflujo de la comida. En la mesa, hay que sentarse con las caderas flexionadas en un ángulo de 90 grados, la espalda recta y los pies apoyados en el suelo.
- Introducir alimentos que ofrecen estimulaciones más grandes y sensoriales. Un ejemplo son las bebidas gaseosas (en quienes cuyos problemas de deglución son de origen sensorial). La introducción de estos alimentos acelera la puesta en marcha de la deglución faríngea y facilita la percepción de los alimentos en la boca
- Cambiar las maniobras de deglución. Para ello es necesario enseñar a los pacientes a modificar de modo voluntario aspectos precisos de su deglución para permitirles tragar mejor.
- Cambiar la consistencia de los alimentos de la dieta para facilitar la deglución. Se puede cambiar lo consistencia y espesar con agar-agar o gelatina, maicena, clara de huevo, tapioca, almidón de maíz, patata, harina, etc.
Si deseas seguir al corriente sobre temas de salud, nutrición y alimentación te animo a estar en contacto a través de mis redes sociales. Estoy en Instagram, Twitter, Facebook y Youtube.
Comentarios