
¿El consumo de productos lácteos fermentados produce una disminución de la incidencia o duración de enfermedades infecciosas comunes? ¿Disminuye el riesgo de padecer catarro común? ¿Disminuye los episodios de enfermedades infecciosas respiratorias comunes?
Se publicó en el año 2013 un interesante documento ( basado en una exhaustiva y muy rigurosa revisión bibliográfica) titulado: “EVIDENCIA CIENTÍFICA SOBRE EL PAPEL DEL YOGUR Y OTRAS LECHES FERMENTADAS EN LA ALIMENTACIÓN SALUDABLE DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA” y que ha sido elaborado por la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Dietética y Alimentación ( FESNAD). Entre los múltiples profesionales de primera línea que han participado en su elaboración, se encuentran Eduard Baladia, Julio Basulto y Maria Manera (en el Comité de Redacción) que participaron en nombre del GREP-AEDN (Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas).
Este excelente documento no tiene desperdicio y aclara muchos mitos. Recomiendo leerlo.
Dentro de él se aborda si el consumo de productos lácteos fermentados produce una DISMINUCIÓN DE LA INCIDENCIA O DURACIÓN DE ENFERMEDADES INFECCIOSAS COMUNES.
Pues bien, el documento concluye (en este aspecto y a día de hoy) que no existe suficiente evidencia científica para establecer una relación entre el consumo de productos lácteos fermentados y la disminución de la incidencia o duración de enfermedades infecciosas comunes.
También aborda lo mismo respecto a si disminuye el riesgo de padecer catarro común, y en el propio documento se indica que no existe suficiente evidencia científica para establecer una relación entre el consumo de productos lácteos y la disminución del riesgo de padecer catarro común.
Aborda también la pregunta de si disminuye los episodios de enfermedades infecciosas respiratorias comunes, y el propio documento indica que no existe suficiente evidencia científica para establecer una relación entre el consumo de productos lácteos fermentados y la disminución de la incidencia o duración de enfermedades infecciosas comunes.
Más claro el agua, por tanto no tiene sentido prometer o asegurar que tomando un botellín de leche fermentada (sea cual sea) a diario vamos a pasar mejor el invierno (menos catarro, menos enfermedades infecciosas respiratorias…).
Cierto es que la ausencia de evidencia no quiere decir que no pueda ser así (a veces no se puede concluir un hecho en positivo porque no hay suficientes estudios) pero también es cierto que sin evidencia nadie puede prometer “el oro y el moro”.
Recomiendo leer el documento de la Federación de Sociedades de Alimentación, Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD): “Evidencia científica sobre el papel del yogur y otras leches fermentadas en la alimentación saludable de la población española. Junio de 2013”.
Disponible en:
http://www.fesnad.org/pdf/consenso_cientifico_FESNAD_2013.pdf
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