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Dic 14
cerebro

¿ Y si nuestra microbiota pudiera influir en nuestro comportamiento alimentario?

Hace poco, un excepcional profesional de la nutrición mexicano y extraordinario divulgador al que admiro mucho ( Ricando Sánchez), miembro del grupo Nutrición con Ciencia ( un gran grupo, en todos los sentidos, presidido por Diego Costa) me hizo llegar un muy interesante artículo científico publicado titulado “¿El comportamiento alimentario está manipulado por la microbiota gastrointestinal? Presiones evolutivas y mecanismos potenciales” (*).  Un artículo que hace reflexionar bastante.

La realidad, y esto se ha venido sugiriendo  hace ya unos años, es que los microorganismos que residen en el tracto gastrointestinal están bajo presión selectiva para manipular el comportamiento de alimentación del huésped con objeto de que mejore su estado físico y esto se hace incluso ( a veces) a expensas de la aptitud del anfitrión. Entendiendo aptitud como la capacidad de una persona o una cosa para realizar adecuadamente cierta actividad, función o servicio. En este caso aplicado a las elecciones alimentarias.

Pero.. .¿ cómo es posible esto?:

Pues parece que los microorganismos podrían influir en nuestro comportamiento alimentario mediante dos estrategias:

  • Generando antojos de alimentos en los que están especializados ( es decir les vienen bien a ellos) o alimentos que suprimen a sus competidores (perjudican a los microorganismos que compiten con ellos por ese nicho ecológico).
  • Induciendo la disforia (la disforia es una emoción desagradable o molesta, como la tristeza , estado de ánimo depresivo, ansiedad, irritabilidad o inquietud. Es el opuesto etimológico de la euforia) llevándonos a ingerir alimentos que nos provoquen una mejora de su estado físico.

Hay algunos mecanismos de acción propuestos que pudieran explicar cómo los microorganismos pueden llegar a influir en nuestro comportamiento alimentario.  Se ha propuesto que puede ser a través de las vías de recompensa y saciedad pero también se ha sugerido que pueden influir mediante la producción de toxinas que alteran el estado de ánimo o bien mediante modificaciones en los receptores ( incluidos los gustativos) e incluso mediante actuación sobre el nervio vago( no debemos de olvidar que es el  eje neural entre el intestino y el cerebro). Todo se complica más cuando se ha visto que la microbiota intestinal influye en la microbiota cerebral ( descubierta hace ya más de 3 años) que se sugiere que también de alguna forma puede interaccionar con el cerebro e influir en comportamiento, estado de ánimo…

Todo esto, a la espera de nuevos estudios, abre un interesante campo futuro porque la microbiota es fácilmente manipulable mediante los prebióticos, los probióticos, los antibióticos, los trasplantes fecales y los cambios en la dieta. Y parece que la alteración de nuestra microbiota ofrece una opción de  abordaje manejable a problemas que de otro modo serían complicados de tratar. Incluso algunos autores hablan ya de los psicobióticos.

(*)Alcock J, Maley CC, Aktipis CA. Is eating behavior manipulated by the gastrointestinal microbiota? Evolutionary pressures and potential mechanisms. Bioessays. 2014 Oct;36(10):940-9.

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