Galletas caseras saludables de chocococo con manzana, avena y nuez al aroma de canela
No hay galletas “industriales” saludables. Por eso no las consumas de forma habitual. Eso sí, un día es un día y un consumo puntual no es un riesgo. Pero si eres un fan de las galletas te proponemos estas galletas caseras para el día a día.
Ingredientes para unas 26 unidades: 260 gramos de compota de manzana casera ( hacer con la pulpa de la manzana un puré y cocerla al baño maría con canela en polvo al gusto), 50 gramos de copos de avena, 40 gramos de nuez cruda sin sal picada ( comprarla en granillo o machacarla), 20 gramos de cacao puro en polvo semidesgrasado no azucarado, 10 gramos de canela en polvo) , 30 gramos de chocolate negro en tableta al 99% de cacao ( machacarlos hasta obtener granitos o virutas), 30 gramos de virutas de coco y leche desnatada de vaca (para humedecer la masa, 150-200mililitros o más o menos si es necesario).
Elaboración:
Precalentamos el horno a cerca de 180 grados y cubrimos una bandeja con papel sulforizado (o bien se puede “untar” la bandeja con un poquito de aceite de oliva virgen extra). En un bol colocamos el puré de manzana cocido con canela en polvo y añadimos el cacao puro en polvo no azucarado, la canela en polvo, la nuez cruda sin sal picada, las virutas de coco y los granitos o virutas del chocolate en tableta al 99% de cacao. Mezclamos todo muy bien hasta obtener una masa homogénea. Como para ello necesitamos que la textura sea muy húmeda vamos “mojando” la masa con leche desnatada (la que necesitemos). Una vez que tenemos la masa con una textura consistente creamos pequeñas porciones (si vemos que se desmoronan añadir más avena)
Ahora sólo queda distribuir la masa en la bandeja precalentada creando galletas redondas no demasiado gruesas (quedarían muy tiernas en el interior), ni delgadas (quedarían “quemadas”). Horneamos durante 15 minutos comprobando que cuando las tocamos permanecen firmes y que tengan un aspecto dorado. Si es así las sacamos del horno y esperamos unos minutos hasta que se enfríe un poco y con una espátula las ponemos sobre una rejilla hasta que enfríen del todo.
Y ya frías son aptas para comer. Si se desea se pueden espolvorear con una pizca de canela en polvo.