Cuando digo nada más y nada menos que la Fundación Cochrane, ¿ por qué digo esto?. Bueno…Cochrane es una red global independiente de investigadores, profesionales, pacientes, cuidadores y personas interesadas en la salud. Es honesta, íntegral, sin conflicto de interés y muy respetuosa con la evidencia científica, de hecho crea evidencia científica. Cochrane es una red internacional con sede en el Reino Unido, está registrada como organización sin ánimo de lucro, y es miembro del National Council for Voluntary Organizations del Reino Unido. Cochrane está dirigido a todas aquellas personas interesadas en utilizar información de alta calidad para tomar decisiones en salud. Sea profesional clínico, paciente o cuidador, investigador, o responsable de políticas sanitarias, la evidencia Cochrane es una potente herramienta para mejorar los conocimientos sanitarios y la toma de decisiones. Los miembros y seguidores de Cochrane provienen de más de 190 países de todo el mundo. Son investigadores, profesionales sanitarios, pacientes, cuidadores y ciudadanos interesados en mejorar los resultados en salud de todas las personas, en cualquier lugar del mundo. Es una red mundial independiente recopila y resume la mejor evidencia de la investigación para ayudar a tomar decisiones informadas sobre tratamientos, y lo están haciendo desde hace más de 30 años. No aceptan financiación comercial ni conflictiva. Para ellos es vital generar información de calidad y fiable, trabajando libremente, sin restricciones por intereses comerciales y económicos.
De Cochrane “bebemos” muchos profesionales con consultas sanitarias y/o con proyectos de investigación y que queremos información fiable y fidedigna. Cochrane es un auténtico referente para todos los profesionales sanitarios. El máximo referente para muchos y uno de los máximos referentes para todos.
Pero sigamos con el tema del LDL-colesterol ( que por cierto es importante para el sistema inmune y de hecho para diversos autores en realidad forma parte del sistema inmune y es importante para más cosas de las que se suelen citar). Si hablamos de dieta y colesterol, hay estudios recientes donde se ha comprobado que con una dieta adecuada que parta de un patrón saludable y que normalice el peso corporal y que además incluya ciertos alimentos se puede reducir hasta un 37% el LDL-colesterol ( lo cual es una determinante) pero obviamente sin los efectos secundarios que pueden provocar los fármacos. Vamos más allá, una dieta adecuada no es que reduzca el LDL-colesterol ( que sí y mucho como se ha demostrado últimamente) es que además sí previene las enfermedades cardiovasculares y metabólicas ( y sobre eso la evidencia científica es totalmente contundente. No hay discusión). Una dieta adecuada previene muchas más cosas que las enfermedades cardiovasculares y metabólicas ( diversos tipos de cáncer, sobrepeso y obesidad, enfermedades neurodegenerativas, riesgo de infección, enfermedades autoinmunes etc…) y favorece una mejor diversidad y funcionalidad de la microbiota intestinal y oral y eso también es determinante para nuestra salud. Y una dieta adecuada reduce de forma importante y muy significativa el coste sanitario para el estado y/o individuo ya que reduce de forma contundente los ingresos hospitalarios, las enfermedades, bajas laborales y el uso de fármacos.
De nuevo quiero recalcar la importancia del concepto de matriz alimentaria. Rafal Arjona (Inspector de Sanidad y secretario de la Fundación Alimenta Tu Salud) y yo mismo hemos definido la matriz alimentaria en mi último libro como “el espacio conformado por el propio alimento, espacio en el cual interaccionan entre sí los diferentes elementos en él presentes, tanto nutrientes como no nutrientes, modulándose unos a otros de tal forma que determinan el efecto fisiológico derivado de la ingesta de dicho alimento”. Consumir matrices alimentarias completas garantiza la ingesta de multitud de sustancias exógenas que provocan efectos fisiológicos a todos los niveles reduciendo el riesgo de padecer todo tipo de enfermedades. Si a eso se le suma el ejercicio físico que produce sustancias endógenas que también contribuyen a regular muchos ejes corporales…ya ni hablamos. Consumir matrices alimentarias completas, hacer deporte y regular el peso reducen el LDL-colesterol y todo tipo de enfermedades cardiometabólicas y más, no hay discusión, la evidencia científica es muy contundente.
Un profesional sanitario debe siempre ofrecer el mejor consejo de salud teniendo una visión global del organismo, pura biología.
La reflexión es que los sistemas biológicos son estructuras complejas que requieren una visión biológica ( valga la redundancia), es decir global, de las cosas. Y entender un único marcador de algo muy complejo ( como es el caso de las lipoproteínas que no se limitan sólo al transporte del colesterol) como algo muy simple, es decir como un “marcador” mágico a lo mejor puede ser un error de simplificación. Es fácil de intuir que si se requiere reducir el colesterol y la dieta y el ejercicio no son suficientes ( que muchísimas veces es suficiente pero en ciertas patologías no) los fármacos claro que van a tener utilidad pero la persona no puede creer que todo está bien al regular sus niveles con fármacos si a la vez no sigue una dieta saludable, porque ya vemos el resultado del metaanálisis de Cochrane, puede que regule sus niveles pero a lo mejor no está tan claro que reduzca el riesgo. Pero si a la vez come de forma adecuada es cuando se va a reducir el daño oxidativo, modular el sistemas inmune y la inflamación, se favorece la expresión de los genes que codifican las sirtuinas y de otros genes, se cuida la diversidad y funcionalidad de la microbiota, se mejora la composición corporal….y todo eso que sòlo se va a conseguir con una dieta adecuada y con actividad física sí provoca cambios a todos los niveles que ya no sólo reducen el el riesgo cardiovascular y metabólico ( que por supuesto y por tanto se consigue el objetivo), también muchísimas otras cosas. Es decir, los fármacos tienen utilidad (y negarlo es un error) pero se debe insistir en que ni deben, ni pueden sustituir unos hàbitos de vida sanos porque si ese mensaje cala en la población podemos dar una falsa idea a la población de la realidad. Y ponemos su salud en riesgo.
Estamos en el año 2024 y es hora de que a la nutrición y a la actividad física se le den la importancia que tienen. Nos va la salud en ello, nos va la sostenibilidad del sistema sanitario en ello. A parte que no es ètico no hacer llegar este tipo de información a la población. Porque la evidencia científica es contundente y no hay lugar a debate.