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Jul 19

Dietas de “moda”. Recorrido por las distintas modas alimentarias

Introducción

Muchos son los mitos y leyendas alimentarias que condicionan nuestros hábitos alimentarios. Generalmente proceden de modas que suelen ser cíclicas. En la mayor parte de los casos carecen de evidencia científica y condicionan nuestra forma de comer sin justificación alguna.

-Mitos y tendencias del consumo alimentario

Muchos de los mitos alimentarios son críticos con determinados grupos de alimentos. Sin embargo la realidad es que, al margen de grupos de alimentos concretos,  lo que de verdad tiene impacto en nuestra salud es el patrón dietético general. Y hablando de patrones dietéticos a pesar de modas y tendencias, es el  modelo dietético mediterráneo uno de los que más evidencia científica acumula en cuanto a su impacto positivo en nuestra salud.

Existe actualmente una tendencia a denostar a los lácteos, pero la fuerza de la evidencia científica actual relaciona su consumo (incluso en sus versiones enteras, y especialmente en el caso del yogur) con una reducción del riesgo de enfermedad metabólica y cardiovascular. Tampoco es cierto que el consumo de lácteos se relacione con un incremento del riesgo de otras patologías crónicas como el cáncer como en ocasiones se ha dado a entender por parte de canales alternativos a las Sociedades Científicas etc…

No se puede olvidar el incremento gradual entre la población de la opción vegana, y aunque a veces se ha criticado desde el punto nutricional alegando que este patrón supone un  déficit de ingesta de diversos nutrientes, la realidad es que bien estructurado y con suplementación con vitamina B12 es una opción perfectamente válida y saludable.

No es infrecuente que se critique, desde el punto de vista nutricional, el consumo de productos cárnicos, sin embargo la realidad es que estos productos consumidos a dosis razonables y dentro del patrón dietético mediterráneo, no suponen problema alguno para nuestra salud y su aporte nutricional puede ser interesante.

Algunos postulados de la llamada dieta evolutiva, con bastantes seguidores sobre todo en el mundo del deporte, consideran que los cereales (incluso los cereales de grano entero) y las legumbres, son grupos de alimentos  a los que no estamos adaptados evolutivamente y que por ello no se deberían consumir. Pero hay una gran evidencia científica de que la inclusión en la dieta de legumbres y cereales de grano entero supone una serie de importantes beneficios fisiológicos para nuestro organismo.

-Modas en la alimentación

Hay una tendencia actual a la promoción y al consumo de los llamados alimentos reales y de verdad, es decir lo que podríamos denominar movimiento Real Food que encabezan jóvenes Dietistas-Nutricionistas. Obviamente es una tendencia positiva, porque supone reducir el consumo de alimentos cuya frecuencia de ingesta debe ser ocasional como la bollería y otros alimentos ultraprocesados. Ahora bien, debemos tener claro que insistir en un consumo ocasional no quiere decir prohibición porque la ingesta puntual de estos alimentos, que además sirven para disfrutar, no incrementa el riesgo de sufrir patología alguna.

Existe también una tendencia a “exigir” por parte del consumidor y a elegir alimentos libres de gluten y de lactosa. Estos alimentos son una opción imprescindible para las personas con patologías que requieran evitar el gluten y la lactosa pero sin embargo no aportan beneficio alguno a quienes no tienen enfermedad alguna que requiera su exclusión. Por lo tanto la mayor parte de las personas no requieren este tipo de productos.

-Tipos de dieta

Aunque el modelo dietético tradicional mediterráneo adaptado a nuestros hábitos, es decir, con un reparto de la ingesta en varias tomas ( incluyendo media mañana, merienda…) es el más extendido y es una opción perfectamente válida y que se adapta en muchos casos a nuestros hábitos y costumbres, en los últimos tiempos han aparecido otros modelos dietéticos más restrictivos como la dieta cetógénica ( muy baja en hidratos de carbono) o el ayuno intermitente ( alternando periodos de ingesta calórica normal con periodos de ayuno o semiayuno) que los estudios han mostrado como herramientas dietéticas que también pueden ayudar a reducir peso, mejorar ciertos aspectos metabólicos, reducir los marcadores de riesgo de enfermedad cardiovascular etc…. Todo es cierto y son alternativas válidas, pero los resultados no son en general significativamente mejores que el modelo mediterráneo que además se adapta mejor a nuestras costumbres, cultura, hábitos y tradiciones, y que por tanto es mucho más llevadero para la mayoría de la población.

-Riesgo de seguir las modas alimentarias

Salvo mitos alimentarios que eliminan muchos grupos de alimentos, dietas milagro muy agresivas y patrones dietéticos que se alejan no sólo ya de la ciencia sino también del sentido común, la mayor parte de las modas dietéticas actuales y mitos más extendidos no suponen un riesgo vital para nuestro organismo. Pueden, si son demasiado restrictivas y no están supervisadas, suponer un déficit de ingesta de algunos micronutrientes , favorecer cierta pérdida de masa muscular, hacernos adquirir hábitos alimentarios con más limitaciones de las necesarias etc…

Conclusión

Dado que dieta mediterránea beneficia nuestra salud y respeta nuestras tradiciones y cultura y dado que por todo eso ha sido declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, aunque dispongamos de otros modelos nutricionales o patrones dietéticos útiles y respetables, nuestro patrón dietético de referencia es la dieta mediterránea que además permite comer de todo pero en su justa medida ( todo depende de la frecuencia y la cantidad).

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