En un adulto un 60% del organismo es agua. El agua es vital para la vida, las reacciones químicas tienen lugar en agua, el agua permite el transporte, permite regular la temperatura, eliminar los desechos y permite muchas cosas más que son necesarias para la vida.
La cantidad de agua corporal total es importante, porque de hecho mantiene, entre otras cosas, el volumen sanguíneo lo que a su vez tiene relación con la presión arterial. Pero todo esto requiere mecanismos de ajuste muy finos.
Veamos:
Si disminuye al volumen de sangre se reduce la presión arterial y esto junto a que el líquido extracelular se hace más concentrado permite una señal que es enviada hasta la hipófisis del cerebro donde se libera la hormona antidiurética que ayuda a retener agua y que permite que los riñones la rearsorban. Aparte se activa la sensación de sed. Por tanto perderemos menos agua, reabsorberemos más agua y tendremos más sed para beber más.
Pero no solamente responde la hipófisis en el cerebro, es un mecanismo tan fino y ajustado que hay más “ actores” implicados. En este sentido, cuando las células de los riñones detectan baja presión arterial responden produciendo renina que provoca reabsorción de sodio que siempre va a acompañado de un aumento del agua corporal y por tanto se incrementa de nuevo la presión arterial. Además permite que el una proteína ( angiotensinógeno) se convierta en la angiotensina la cual es activa y disminuye el diámetro de los vasos sanguíneos aumenta la presión arterial. Pero no sólo esto, sino que la angiotensina estimula la liberación en las glándulas suprarrenales de otra hormona, concretamente la aldosterona la cual hace que en los riñones retengan todavía más sodio y por tanto agua.