La forma de comer es determinante para nuestra salud y para la de nuestra microbiota. Cuando comemos lo que estamos haciendo es ingerir una serie de nutrientes y sustancias bioactivas que ejercen efectos fisiológicos concretos a todos los niveles.
Que determinadas sustancias presentes en las plantas lleven a cabo efectos concretos en nuestro organismo y en las bacterias que pueblan nuestro cuerpo no es casualidad, tiene mucho que ver con la evolución, todos partimos de un origen común y por eso a pesar de las diferencias lógicas y propias del proceso evolutivo, tenemos muchas similitudes.
El ser humano es, como todos los seres vivos, muy complejo. En el organismo humano hay muchos ejes corporales que están conectados entre sí y que están muy finamente regulados.
Ciertas alteraciones mantenidas en el tiempo pueden acabar alterando el equilibrio provocando efectos fisiológicos indeseados que pueden derivar en patologías o problemas de todo tipo, tanto metabólicos, hormonales, de salud mental…
Y la forma en la que comemos influye en ese equilibrio. Excesos o comidas no saludables puntuales no suponen problema de ningún tipo ya que en realidad nuestro organismo tiene la capacidad de volver al equilibrio que garantiza un funcionamiento normal y un estado saludable. Sin embargo, comer mal de forma continua acaba alterando ese fino ajuste entre los diferentes ejes corporales provocando finalmente efectos no deseados en nuestra salud.
Entendiendo la nutrición como una simple rama de la biología, como biología celular, biología funcional, biología molecular…podemos entender mucho mejor cómo con las elecciones alimentarias adecuadas podemos influir en muchas cosas.
A la hora de pensar en pautar una dieta y en los efectos que esta dieta llevará a cabo…tenemos que tener una visión muy completa que incluya aspectos evolutivos, que tenga en cuenta mecanismos de acción, ejes corporales etc… y siempre desde el respeto a la evidencia científica actual. Sin olvidar de que nada sirve una pauta general teórica si no tenemos en cuenta que sea aplicable al mundo real. Como es obvio la adhesión es determinante.
La nutrición influye en problemas de salud mental como la depresión, ansiedad…y la evidencia que lo demuestra es fuerte. Podemos usar la nutrición como una herramienta que ayude en el tratamiento de estas patologías. Y esto es lo que trato de plasmar en este libro.
Pero no sólo es la nutrición, también la actividad y el ejercicio físico y otros aspectos también ya que favorecen la liberación de determinadas moléculas con efectos concretos y que pueden ser de ayuda en este tipo (y en otras) de patologías. También podemos ver la actividad física, la farmacología etc… desde el prisma de la biología. Es por ello por lo cual en este libro también escriben algunos capítulos algunos profesionales de otros campos.
Al igual que cuando comemos introducimos a través del aparato digestivo ciertas sustancias bioactivas, cuando estamos respirando en un bosque ( por ejemplo) estamos inhalando también sustancias bioactivas y cuando estamos entrenando estamos generando sustancias bioactivas endógenas ( como las miocinas) que por supuesto que también ejercen determinados efectos fisiológicos importantes para nuestro organismo.
Tampoco se pueden obviar algunos aspectos psicológicos que al final acaban redundando en la propia biología.
El término “depresión” puede tener distintas acepciones. Puede usarse para referirse a un estado de ánimo caracterizado por sentimientos de tristeza, angustia, desesperación, vacío, desánimo o desesperanza, ausencia de sentimientos, o tendencia al llanto. El estado de ánimo deprimido puede ser una respuesta normal y adaptativa a la pérdida, la decepción o el fracaso percibido. Además, puede ser un síntoma de un síndrome psicopatológico (como la depresión mayor, menor o la distimia) u otro trastorno mental (como la enfermedad bipolar, la esquizofrenia, la enfermedad depresiva por abuso de sustancias, etc.).
La depresión es la enfermedad caracterizada por un estado de ánimo deprimido (tristeza, irritabilidad, sensación de vacío) y/o una disminución del interés o el placer por todas o casi todas las actividades con las que normalmente se disfruta, la mayor parte del día, casi todos los días, durante al menos dos semanas.
En base a la evidencia actual cada vez mayor sobre el impacto importante de otros aspectos en patologías como la depresión, considero muy interesante que en los equipos multidisciplinares que traten esta patología se incorporen otros profesionales sanitarios como Dietistas-Nutricionistas ( psiquiatría nutricional) y otros profesionales como graduados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Estoy más que convencido que la rama biosanitaria del futuro tenderá a menos fármacos, tenderá a pautar dietas específicas, suplementos específicos, entrenamientos específicos, apoyo psicológico y tenderá a fomentar otra serie de hábitos saludables. Todo ello haría posible una sanidad más sostenible (mucho menos gasto) se prevendrían efectos secundarios y también otras patologías y nos ayudaría a desarrollar todo nuestro potencial biológico.
Le recuerdo que sin usted padece depresión debe ponerse en manos de un médico especialista ( Psiquiatra) el cual junto a un psicólogo puede ayudarle a superar la enfermedad.